domingo, 26 de agosto de 2018

Soy un operador del 911

“—Novecientos once, ¿cuál es su emergencia?
—Sí, hola. Eh… Esto sonará extraño, pero hay un hombre caminando en círculos en el patio frontal de mi casa.
—…¿Podría repetir eso, señor?
—Se ve… enfermo, o perdido. O ebrio, o algo. Me desperté para tomar un vaso con agua y escuché pisadas sobre la nieve cerca de mi ventana frontal, así que di un vistazo… Lo estoy viendo ahora mismo, está a unos diez metros de mi ventana. Algo no está bien.
—¿Cuál es su dirección, señor?
—1617 Quarry Lane, en Pinella Pass.
—Voy a enviar una patrulla hacia usted, pero se encuentra un poco alejado. ¿Está solo en su casa, señor?
—Sí, estoy solo.

—¿Puede asegurarse de que todas sus puertas y ventanas estén cerradas? Quédese en el teléfono conmigo.
—Sé que mi puerta frontal definitivamente está cerrada, pero iré a revisar mi puerta trasera de nuevo.
—Aprecio mucho su ayuda, por cierto. Sé que todo esto debe ser un tanto raro, pero espero que…
—¿Señor? ¿Sigue ahí?
—Está… Aún está en el patio frontal de la casa, pero está… Qué mierda… Está de cabeza…
—¿Señor? ¿Qué está sucediendo?
—Me está viendo… pero está… ahora se está parando con sus manos. Está perfectamente inmóvil, viendo directo hacia mí. Está haciendo un paro de manos y está sonriéndome sin moverse.
—¿Es… Está haciendo un paro de manos, señor?
—No… No sé por qué… Sí, me está mirando y está parado con sus manos. Tiene una sonrisa inmensa y está perfectamente inmóvil… Pero qué CARAJO… Por favor, manden a alguien aquí AHORA.
—Señor, necesito que permanezca en calma. He dado el aviso y una patrulla va en camino.
—Sus dientes son enormes… Qué mierda. Ayúdeme, por favor…
—Señor, quiero que intente mantener un ojo en él, pero asegúrese de que su puerta trasera esté cerrada. ¿Puede confirmar que su puerta trasera está cerrada sin dejar de hablar?
—Está bien… Ahora estoy caminando hacia atrás y lo mantengo en mi vista…
—Ahora mi mano está en la perilla… Está cerrada. Necesito revisar el cerrojo, así que voy a apartar la mirada por un momento.
—Está bien. La ayuda va en camino. Solo quédese en el teléfono conmigo y todo estará bien.
—¿Señor?

—Su cara. Está contra el vidrio.
—Señor, necesito que hable más fuerte. ¿Qué está sucediendo?
—Dejé de verlo por unos segundos y ahora… su rostro. Está presionado contra mi ventana frontal. Sus dientes son inmensos y me está sonriendo… ¿Pero por qué no se mueve, mierda?
—Señor, necesito que vaya al cuarto más cercano y se encierre en él. ¿Tiene algún sótano o habitación en la cual puede encerrarse?
—No deja de verme… Me va a herir…
—Señor, necesito que me escuche. Enciérrese en algún lugar seguro hasta que los oficiales lleguen a su casa. ¿Me escucha?
—Eh… sí… sí. Voy a encerrarme en mi cuarto.
—Y está seguro de que está solo en su casa, ¿correcto?
—Sí, estoy solo en mi casa.
»Espere un momento.
»Se está moviendo. Está moviendo su cabeza. Me está diciendo que no. Puede escucharnos.
»Me está diciendo que no estoy solo.
—¿Señor? ¿Sigue ahí, señor? Escuché un ruido fuerte. ¿Todo está bien?

—¿Señor?”

"Los Sapos de la Memoria" de Graciela Bialet

Más allá de los documentos y testimonios, la novela de Graciela Bialet narra la historia de Camilo, un joven de diecisiete años, en relación con la de sus padres, víctimas de la violencia que vivió la Argentina durante la última dictadura militar.
El silencio premeditado y otras veces no deseado, se paga con cuotas de demonios y pesadillas que Camilo deberá confrontar con la de verdad que sus mayores, su abuela y tíos postizos, le dejan saber a cuentagotas.

Mediante esta novela, la autora quiere colocar a los lectores en una situación de compromiso frente a la realidad social, “promoviendo así que vayan hacia la búsqueda y el hallazgo de nuevas oportunidades y soluciones a sus propios problemas, dificultades que les toca vivir, que tienen que cursar en el mundo complejo”.

domingo, 12 de agosto de 2018

No Abras la Puerta

Hace 2 años, estaban en su casa, tan tranquilos, María, una señora de 40 años que se había divorciado recientemente, con su hijo pequeño de tan solo 8 años. 
Como era de costumbre María se tenía que ir todas las noches a trabajar, era una mujer con muchas responsabilidades (tanto en su trabajo como en su casa) y no podía atender a su hijo en todo momento. 
Pero aquel día sería muy diferente al resto; ya que, cuando se encontraban cenando vieron en las noticias que un asesino en serie, muy peligroso y agresivo había escapado del centro penitenciario de la ciudad. 
Lo más grave de la noticia no era que este interno hubiese escapado, lo peor era que había sido visto a pocas manzanas del hogar de la familia. 

Esto provocó la incertidumbre de María que , al irse al trabajo,  tenía que dejar a su hijo solo en casa.

María, para prevenir desgracias, cerró las ventanas, puertas, y le explicó lo siguiente a su hijo:

- No abras ninguna ventana ni las puertas. Aunque llevo las llaves, por si ocurre algo, yo golpearé 3 veces seguidas la puerta o simplemente me reconocerás por la voz y entonces sabrás que soy yo. Llegado el momento, María se fue a trabajar y dejó a su hijo solo. Éste, lleno de miedo, cerró la puerta y se puso a ver la tele para relajarse.

Al cabo de un rato, el chico ya estaba dormido cuando de pronto llaman a la puerta.

POM... POM... 

El chico se despertó y aterrado se dirigió muy despacio hacia la puerta y dijo: 

- ¿Eres tú mamá?. La respuesta vino con otra serie de golpes acompañados de un susurro escalofriante que decía:

JABREME DA PUETA. El niño atemorizado huyó hacia su habitación donde se pasó la noche llorando y esperando a que llegase su madre, hasta tal punto que se quedó dormido.

Al día siguiente cuando se levantó se dio cuenta de que su madre no había vuelto. Y aún con miedo se dirigió a la puerta que conducía a la salida de la casa y encontró a su madre con las piernas cortadas (por lo que no pudo llegar al timbre), la lengua cortada (por lo que no le puedo reconocer la voz) y totalmente ensangrentada.

Desde ese día el chico tuvo que ser hospitalizado en un psiquiátrico y no pudo dormir sin sufrir constantes pesadillas. 



domingo, 5 de agosto de 2018

Gracias Papá.

Gracias Papá es una pequeña y escalofriante historia sobre un grupo de niños que se cuelan en una casa abandonada y encuentran un cassette viejo. Se supone que es una historia real y sucedió en Japón.
Cuando era estudiante de secundaria, había una casa vieja y abandonada en nuestro vecindario que estaba cayendo en la ruina. Había hiedra que crecía espesa en las paredes y el techo se había hundido en algún punto.
Un día, algunos de mis compañeros de clase y yo decidimos colarnos y explorar. Eran alrededor de las 8 PM y el sol se estaba poniendo. La puerta estaba cerrada con llave, así que tuvimos que subir por una de las ventanas traseras.
Fuimos de habitación en habitación, buscando el camino con una linterna. Por alguna extraña razón, había cientos de muñecas alineadas a lo largo de las paredes. Aunque todos estábamos emocionados, la atmósfera se volvió tensa. Ninguno de nosotros habló entre nosotros y hubo un silencio incómodo.
La mayoría de mis amigos tenían miedo y querían irse a casa, pero los convencí de que se quedaran y exploraran un poco más. Llegamos a una pequeña habitación en la parte delantera de la casa que estaba vacía, a excepción de una mesita en el medio. Cuando entramos, podíamos oír el suelo crujir y gemir bajo nuestros pies.
Noté algo sobre la mesa. Al acercarme, vi que era una carta y que había una vieja cinta de cassette al lado. La carta decía:
“Gracias Papá”
Cuando vi la escritura, sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal y decidí que era hora de irme. Cuando salimos de la casa, todos dieron un suspiro de alivio. En el camino a casa, uno de mis amigos y yo comenzamos a hablar sobre la carta y la cinta de cassette que estaba al lado.
“¿Qué fue eso?”, Le pregunté.
“No sé”, murmuró, “pero lo traje conmigo cuando nos fuimos …”
Curioso acerca de lo que contenía la cinta, lo trajimos a mi casa, lo puse en mi grabadora y presioné “Reproducir”.
No había nada más que silencio.
Nos sentamos allí y escuchamos durante 10 minutos o más, pero solo hubo silencio.
Después de un tiempo, supusimos que no había nada en él, así que lo dejamos jugando y comenzamos a leer comics. Finalmente, nos olvidamos de la cinta.
Entonces, de repente, escuchamos la voz de una mujer que venía de la grabadora.
Decía: “Gracias papá por matarme …”

Portal de la mente

En 1983, un equipo de científicos sumamente piadosos condujo un experimento radical en una instalación no determinada. Los científicos había...